La economía se contrajo nuevamente en el 2T23, esta vez en 0.5% interanual (-0.4% interanual en el 1T23). Este mal desempeño fue explicado por dos factores. El primero fueron las anomalías climáticas como las sequías a finales de 2022 que tuvieron un fuerte impacto sobre la cosecha agrícola, en particular en la zona sur del país, y la presencia del Fenómeno El Niño (FEN) Costero de magnitud moderada que hizo que se cierre la primera temporada de pesca de anchoveta en la región norte-centro. El segundo factor es más estructural y tiene que ver con la debilidad de la demanda interna, en particular, de la inversión privada en un entorno de pesimismo empresarial y normalización luego de sus picos registrados durante la pandemia.
Por regiones, la actividad económica se contrajo en trece de ellas en el 2T23, un número menor a las diecisiete regiones que cayeron en el 1T23. De estas, once estuvieron en recesión técnica (2 o más trimestre de caídas consecutivas), de las cuales dos de ellas llevan año y medio contrayéndose (Tacna y Huancavelica).
A excepción de Moquegua, Apurímac y Huánuco, que mostraron buenos crecimientos debido a una mayor producción minera, el resto de las regiones mostraron bajas tasas de crecimiento o contracciones. El caso más llamativo es la región Puno que se contrajo a tasa de dos dígitos debido al fuerte impacto que tuvo la sequía en la cosecha de papa, y a que se mantuvo parcialmente paralizada hasta abril debido a las protestas políticas. También destacó negativamente el desempeño de algunas regiones de la costa norte como Lambayeque, Tumbes y La Libertad, por el impacto del FEN Costero en la pesca, agro y manufactura, así como por el menor ritmo de ejecución de la Reconstrucción con Cambios.